martes, 30 de agosto de 2011

!Soy invisible!

"Todo pasa de pronto, y así de pronto, no pasa nada".

Todos vamos en esta vida en busca de la felicidad, si estamos tristes nos sentimos frustrados, y nos enfrascamos en una ritual de crecimiento y cambio esperando que al terminar de edificar encontremos la felicidad plena. Pero apenas nos hallamos en ese estado comenzamos a movernos de nuevo y todo empieza a repetirse.

Nos lamentamos cono de pronto las cosas no salen como las planeamos y entonces gritamos al cielo en busca del creador diciéndole: -!Hey, estoy aquí!, ¿porque me ignoras?. Nadie nos escucha, el profesor no escucha nuestras ideas, nuestro jefe no nos nota, nuestra familia ya ni se acuerda de nosotros y entonces dejamos de ser transparentes para volvernos invisibles. No solo llanos y austeros, sino: ¡INVISIBLES!

Hace unos días me sentía tan invisible que hasta yo misma me estaba olvidando, tan triste que dejaba que pasaran entre mi, sobre mi y nadie, absolutamente nadie, según yo, lo notara. Pero logre darme cuenta que siempre en este mundo hay alguien que es capaz de vernos y traspasar nuestra alma en cualquier punto, Podría decirse que tiene unas gafas de sensor de movimiento que le permiten tenernos dentro de su radar. El ángel personal de todos quizás, puede ser uno o dos o varios más.

No nos sintamos defraudados, mejor luchemos con nuestra invisibilidad y no contra ella, aceptemosla como si fuéramos personajes de un comic con superpoderes y cambiemos el mundo desde nuestro anonimato, las grandes obras están escritas por "Anónimo".

No está mal ser invisible, de echo es bastante grato que no esten molestándonos, contrario al ser ordinarios. Lo importante es saber cuando y como volvernos visibles.

Con amor y una dedicación especial para mi amigo y socio invisible igual que yo, Gil Gómez. "Entre invisibles sabemos distinguirnos". Espero sigan haciéndonos el favor de su atención aún cuando tardemos en subir artículos con la misma constancia de antes. Gracias. Desde su anonimato: Victoria del Val.

Y aquí les dejo un monólogo dedicado a la invisibilidad, cura de la imbecilidad.

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